La protesta de los protestantes

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A propósito de los protestas y manifestaciones en mi país, Colombia, se dieron varias voces que pedían que las iglesias cristianas se pronunciaran sobre lo que estaba sucediendo en el país. Y me resultaba interesante escuchar la respuesta, porque me inquietan los temas sobre qué tanto se puede involucrar la iglesia en aspectos de política y sociedad civil. Las iglesias que se pronunciaron hablaron sobre la necesidad de diálogo entre el Estado y los promotores del paro, insistían en la búsqueda de la paz , en no promover mensajes de odio en redes sociales y el respeto a las autoridades.

Allí pensé en lo irónico que suenan de pacíficos los protestantes. De hecho, el nombre de protestantes no se lo pusieron los mismos luteranos, sino los católicos. En 1529, cuando se reafirmaba el edicto de Worms, (edicto que decía que Lutero era hereje y sus seguidores deben ser condenados), los príncipes alemanes que seguían la fe de Lutero protestaron formalmente ante el emperador (en ese entonces Carlos V), por eso empezaron a llamar protestantes a los luteranos.

Y es que lo iniciado por Lutero había sido, en cierto modo, revolucionario, al oponerse al clero romano al no aceptar la venta de indulgencias, al quemar la bula papal que lo obligaba a retractarse y al no retractarse en presencia del emperador en la dieta de Worms argumentando razones de conciencia. Era de esperarse que esto calara en sus seguidores y no tuvieran una actitud pasiva frente a las autoridades, sino que buscaran defender sus propios intereses.

Luego de publicadas las 95 tesis y tener un buen número de personas que apoyaban las ideas de Lutero surgieron dos rebeliones, la primera llamada «de los nobles» y la segunda «de los campesinos». Ambas tomaron tinte religioso porque fueron iniciadas por personas que simpatizaban con la causa luterana.

La rebelión de los nobles se alzó dentro caballeros de baja nobleza, «sin tierras ni dinero» pero con un «nacionalismo fortísimo» (González, 1994, p. 41), culpaban a Roma de su alicaída situación económica. En 1522 y 1523 se rebelaron pero fueron derrotados por los ejércitos de los príncipes. La rebelión de los campesinos inicio en 1525 con un pliego de peticiones económicas y religiosas que se llamó «los Doce artículos», que terminaba con palabras muy similares a las de Lutero en la dieta de Worms. Lutero intentó disuadir la revuelta con mensajes de paz, pero luego de ver que los campesinos usaban la violencia, habló contra los campesinos y apoyó a los príncipes. La rebelión de los campesinos tuvo un saldo fatal para ellos, pues las estimaciones más conservadoras hablan de cien mil muertos por la revuelta.

En duodécimo lugar, es nuestra conclusión y resolución final, que si uno o más artículos de los aquí expuestos no estuviesen de acuerdo con la palabra de Dios… voluntariamente retiraremos tal artículo cuando se pruebe que realmente es contrario a la palabra de Dios mediante una clara explicación de la Escritura

Los doce artículos de la selva negra. Fuente: http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/1Independencia/1525-12-ASN-GCA.html

Lutero pensaba acerca de las relaciones entre Iglesia y Estado que existían dos reinos, uno de la Ley y otro del Evangelio. La Iglesia opera en el reino del Evangelio, mientras que el Estado en el de la Ley. El Estado sólo existe para poner freno al pecado humano, y por lo mismo los creyentes no deben esperar que el Estado apoye o intervenga en cuestiones de fe. Así mismo, los creyentes no están obligados a someterse al Estado en cuestiones de fe, sino que deben actuar según su conciencia.

En conclusión, el padre de la reforma protestante pareciera apoyar que a veces los creyentes pueden actuar u oponerse a las autoridades civiles cuando éstas intentan atravesar los límites de su reino, pero en el uso de la violencia todavía no es muy claro en qué casos se permite. Al final, es una cuestión de conciencia personal el participar activamente en causas sociales o políticas.


González, J. L. (1994). Historia del cristianismo. Tomo 2. Editorial Unilit, Miami, Fla. ISBN: 1-56063-477-4.

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